Lo hecho hecho está, no hay retroceso, sólo un milagro podría darse y Dios ha dejado, lamentablemente, en manos del hombre, la política y la elección de los gobernantes. No olvidemos que le encanta probarnos dejando la manzana en el árbol y que luego, solitos, aprendamos la lección lejos del paraíso...

Muchos veíamos venir este atardecer frío del cinco de junio, porque conocíamos el deseo de toda la población olvidada, de la que muere día a día en las calles y nadie recuerda sus rostros o sus nombres. De la que sólo los candidatos se acuerdan en época de elecciones.

¿Qué podían hacer los otros candidatos?

Nada, sólo intentar ponerle ganas.

Julio Guzmán si le que puso ganas, pero alguien le facilitó un partido equivocado, probablemente regrese con fuerza alguno de estos días.

Verónica lo intento, tenía la fuerza, la preparación y las agallas, pero olvido que había demasiada izquierda radical acompañándola y la gente la asocio inevitablemente a esa hoz y al martillo que representaba uno de nuestros mayores miedos; es una mujer inteligente y sólida, va a moderar su izquierda y sin duda, gobernará.

Barnechea, conocedor, intelectual, de izquierda moderada, pero muy lejano a las costumbres y amores del pueblo, rechazó el maldito chicharrón quizá porque no le gusta el chancho porque prefiere carne de ternera; lo positivo, es que después de él, muchísimos jóvenes se inscribieron en el partido Acción Popular y se acercaron a la política y eso es sumamente importante para nuestro país y la defensa de la democracia.

Santos, un loco radical, que no iba, por ahora, a ser seguido por muchos sectores.

Toledo se dedicó al alcohol.

Poppy sólo vino a vengarse.

Antero, una viejita hermosa.

Alan, uno de los más capos, terminó asociado a los capos y no supo dar un paso al costado a tiempo para darle al Aprismo un nuevo candidato que haga que la gente vuelva a creer en su partido.

El señor Kuczynski administraría el país en forma inteligente, pero no supo ponerle ganas o le faltaron fuerzas y quizá unas clases para mejorar sus expresiones en buen castellano y no sonar a conjunciones burdas como rata hija de ratón o como fuere que lo dijo.

Keiko se dedicó años a recorrer el Perú, claro, tuvo el dinero necesario para hacerlo, mejor no hablemos de los dineros, porque todos, más o menos, imaginamos de donde salieron. Kenji, su hermano, el más votado. ¡Claro que sí! ¿Cómo no serlo si se convirtió en Papa Noel y recorrió lugares que ni tú ni yo aún conocemos y muchas veces no nos interesamos por conocer?

Familia organizada señores, trabajo incansable, construcción de cimientos, todas las claves del coaching personal y grupal, claro, elevadas a su máxima expresión y no necesariamente honestas y transparentes.

¿Pero quién dijo que a los peruanos nos interesan más los fondos que las formas? Miremos un poco de televisión y podremos debatir sobre esta teoría u otra que nos encanta: "El fin justifica los medios."

Además, como darle batalla a alguien cuya motivación mayor, no es sólo el poder, alcanzar la presidencia y reivindicar el nombre del Fujimorismo, sino el inmenso amor por su padre, aquel hombre que le enseñó todo lo que sabe, que fue su héroe de niña trepado en un tanque combatiendo el terrorismo, aquel que para ella y muchos, purga prisión injustamente. Su amado héroe saldría de la cárcel, tu siendo su hijo también lo hubieses deseado con todas tus fuerzas.

Contra esa motivación tan grande ningún candidato podría darle la batalla. La suerte está echada señores, recemos, a ver si Dios nos hace un poco de caso e ilumine a esa familia por fin reunida y no suceda lo que la mitad de la población anda pensando.

Otra alternativa no tenemos, sólo nos queda pensar positivamente y pues, si con ello no alcanza y la desgracia de la dictadura nos invade, lucharemos con todas nuestras fuerzas, para que esta vez, disfruten juntos e inseparables su estadía en prisión.